Las callosidades (hiperqueratosis) aparecen normalmente como causa de un aumento de presión al andar sobre una zona de la planta del pie o de los dedos.

El uso de calzado adecuado, de ortesis de silicona (separadores interdigitales) o plantillas, ayudarán a evitar la aparición de estas callosidades, a menudo, dolorosas.

En nuestra consulta, le asesoraremos sobre el mejor tratamiento a seguir.

Las uñas encarnadas son un problema frecuente entre la población, generando malestar y dificultan la actividad diaria.

La forma de la uña (grapa o teja) y la biomecánica del pie son, normalmente, el origen de esta afección. Aunque, un corte inadecuado y un calzado de tacón alto o justo, también predisponen a sufrir esta alteración.

A menudo, la uña encarnada se acompaña de inflamación e infección, y se ha de tratar lo antes posible para evitar que se cronifique.

Los hongos en la piel son lesiones comunes en verano, por ejemplo, personas que practican deporte en gimnasios o que trabajan con los pies expuestos a la humedad (piscinas, mercados municipales, etc).

Frecuentemente, se pueden confundir con maceración de la piel por exceso de sudoración u otras alteraciones dérmicas como eccemas. El podólogo, mediante la sintomatología clínica, podrá hacer un diagnóstico y tratar la dermatomicosis mediante el producto adecuado.

Las verrugas son lesiones circunscritas causadas por un virus que se transmite por contacto. Se pueden confundir con callosidades, sobre todo si hace tiempo que se tienen. Son factores que predisponen al contagio: los periodos de bajadas de defensas (estrés continuado, tratamientos con antibióticos, quimioterapia, etc), y la época de crecimiento en niños y adolescentes, 

El tratamiento dependerá del tipo de verruga, de su extensión, de la edad del paciente y si éste último padece enfermedades sistémicas como la diabetes.

Los hongos que pueden afectar a las uñas son numerosos y los síntomas, muy diversos. La aparición de manchas en la lámina ungueal de color blanco amarillento junto con residuos dérmicos por debajo de la uña, no son siempre causados por hongos.

Estos síntomas también pueden ser la causa de otras afecciones, como pueden ser: la psoriasis, un traumatismo o microtraumatismo continuado, trastornos vasculares y metabólicos.

A través de nuestra experiencia, podemos ofrecerle una orientación diagnóstica, y si es necesario, un cultivo micológico para determinar el diagnóstico.

La forma de caminar de cada persona es única y viene determinada por la morfología del pie, la postura, las dismetrías de extremidades inferiores, dolor en articulaciones (caderas, rodillas, pie ...), equilibrio tónico de las cadenas musculares, y visión, entre otros.

El estudio biomecánico, mediante pruebas diagnósticas y tecnología de punta (plataforma T-plate) permite llegar al diagnóstico sobre la causa de la alteración funcional en la huella.

El análisis postural entiende el pie desde el punto de vista holístico, siendo el causante o bien el efecto de una alteración postural que se ha ido formando a lo largo del tiempo en función de cuatro factores: hereditarias, sociales y laborales, culturales y emocionales.

Un dolor en la extremidad inferior puede provenir de una sobrecarga muscular de una cadena muscular que puede tener varios orígenes.

El pie es un verdadero órgano del equilibrio, que en el último extremo de la cadena muscular compensa los desequilibrios, aumentando o disminuyendo el arco interno, con la aparición de juanetes, dedos en garra, etc.

Mediante ejercicios de SGA (Stretching Global Activo) y plantillas posturales o mixtas podemos ayudar al cuerpo a reencontrar el equilibrio postural, reducir el dolor y aumentar la energía al final del día.

Las plantillas son elementos flexibles que forman parte del tratamiento ortopodológico (el calzado es el primer elemento) que permiten al pie restablecer su máxima funcionalidad sin dolor.

En función de la visita de exploración biomecánica y postural se decidirá el tipo de ortesis más adecuado para cada caso: plantillas mecánicas, mixtas o posturales.

El grosor y tipo de material variará en función del diagnóstico y actividad de cada paciente.

El calzado forma parte del tratamiento. Un asesoramiento sobre las características que ha de tener el calzado es fundamental para obtener unos resultados óptimos. 

La actividad diaria y/o deportiva del paciente así como el diagnóstico serán los que determinen el tipo de calzado más adecuado a cada caso particular.